“Éxito rotundo.Teatro lleno cada noche y ovaciones para Emma Vilarasau y Òscar Molina, y para Sergi Belbel, que firma uno de sus mejores trabajos: preciso, clarísimo, sin concesiones ni extravagancias. (···) Emma Vilarasau hace un trabajo excepcional, con todos los matices imaginables. Es una Winnie vital, apasionada, luchadora, realista, lúcida, aniñada, melancólica, lírica, burlona, payasa, furiosa, aterrorizada, desesperada, invicta.”
Marcos Ordóñez (El País)

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"Si ahora mismo me hicieran elegir la interpretación más desgarradora, más impresionante registrada en Barcelona en el ejercicio teatral 2013-2014 que pronto termina, creo que no encontaría otra que superase a la que Emma Vilarasau acaba de ofrecernos en el Lliure de Gràcia con Els dies feliços de Samuel Beckett. El final de la representación, con todo el público prácticamente de pie aplaudiendo su actuación, sin duda, excepcional de la actriz, era la prueba concluyente de uno de aquellos fenómenos de seducción acaparadora que de vez en cuando se producen entre el escenario y el público. (···) En cuanto al lenguaje del rostro de Vilarasau, extraordinariamente explícito –la actriz, realmente inmensa, sabe ser melancólica, triste, trágica, cómica, grotesca, payasa...–, esta expresividad es el propio corazón del espectáculo. Ni Peter Brook, ni Sanchis Sinisterra con nuestra amada y espléndida Rosa Novell, ni en su día Carme Sansa..., hicieron algo parecido."
Joan-Anton Benach (La Vanguardia)

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“Sergi Belbel es un director que tiene mucho en cuenpta a los espectadores y utiliza todos los elementos de una función con un propósito claro y conmovedor: llegar a la platea. De este modo, el espacio escénico (Max Glaenzel) evoca una ruína que podría ser la de Siria ahora mismo. La iluminación (Kiko Planas) juega con la retina del espectador, con los ojos fijos en la cara de la actriz. Y el espacio sonoro (Jordi Bonet) es el murmullo de no sabemos qué, pero llena la atmósfera. Els dies feliços es un reto para cualquier actriz. Emma Vilarasau deja que fluya un personaje diríamos que ajeno a ella. Una especie de tierna payasa que juega como un niño que no busca explicaciones imposibles. Aquí y ahora. Y algún motivo para que este sea un día feliz. Una sonrisa helada.”
Santi Fondevila (Ara)

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"Imponente Vilarasau. Emma Vilarasau, aclamada por el público puesto en pie, exhibe toda su gama de recursos interpretativos en un rol que exige un enorme despliegue psicológico y gestual para servir las emociones y la expresividad que requiere la recreación de la que ella misma denomina «partitura de la soledad» (···) El de Vilarasau es un ejercicio dramatúrgico de una intensidad y exigencia inusuales. La minuciosa dirección de Sergi Belbel es uno de los elementos en los que se sustenta el éxito del espectáculo. (··· ) El lenguaje, los gestos, las muecas y los silencios están escrupolosamente medidos, pero sin perder su espontaneidad. La actual versión de esta tragedia hace más visible la capacidad de resignación del ser humano, su adaptación a las condiciones más adversas y su esperanza en el amor.”
César López Rosell (El Periódico)

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“Els dies feliços de Sergi Belbel, Emma Vilarasau y Òscar Molina es la confirmación que desde Catalunya se ha hecho mucho por restituir a la obra de Beckett su verdadera identidad: la rehabilitación de la figura del clown. Beckett empujó a Augusto a ser el último representante de una humanidad estupefacta, asediada por un mundo postapocalíptico. (···) Otro acierto de este montaje es la relación que establece con la literatura distópica que, como reconoce el programa de mano, es una opción dramática inusual. (···) Un espectáculo que destaca más por el conjunto de sus elementos (director, actriz, actor, escenógrafo, iluminador) que por el brillo determinante de las individualidades. Vilarasau está muy bien, pero no más que Rosa Novell o Carme Sansa, antecesoras en el papel de la sepultada Winnie.”
Juan Carlos Olivares (Time Out)

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“Noche de estreno exultante en el Lliure de Gràcia. Emma Vilarasau, una gran solista, recibió una gran ovación emocionada, abrazada a su Willie (Òscar Molina), que (···) se levantó del suelo para saludar después de reptar por las rocas durante toda la función. Al salir del teatr, algunos recordaban otras Winnies, la de Rosa Novell o la de Sílvia Sabaté, la de la esposa de Peter Brook… Cada uno tiene su Winnie. Desde hoy tenemos otra, muy memorable.”
Bernat Puigtobella (Núvol)

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“La magnética interpretación de Vilarasau se ve reforzada por la impecable iluminación de Kiko Planas y el acertado espacio sonoro de Jordi Bonet. Sergi Belbel ha bastido un montaje preciso y delicado que consigue transmitir plenamente la esencia del texto de Beckett. En definitiva, vayan al Teatre Lliure y dejense seducir por la Winnie de la Vilarasau.”
Aída Pallarès (Núvol)