Los años 80 fueron una década de profundos cambios en la sociedad española. Una década de restructuración a todos los niveles, en la que fue entrando luz por todos los rincones de un Estado que se había quedado a oscuras durante cuarenta años. Se abrió la puerta, por primera vez en muchos años, a la libertad, a la experimentación, etc. Pero los años 80 también dieron lugar a una generación manchada por la lacra de la heroína y la desilusión. Y en torno a este hecho, en torno a estos otros años 80, se sitúa nuestra historia de paisajes sin casas, de rincones oscuros, de una juventud muy alejada de los colores y el ruido que caracteriza cualquier liberación, cualquier transición hacia la democracia.

El testimonio poético que nos deja de aquellos años Paisaje sin casas es de un inmenso valor y por ello, desde La Virgueria, hemos dado luz a un proyecto escrito a finales de los 80 pero que nunca se había llevado a escena... hasta ahora.