Els feréstecs
intérpretes
Laura Aubert Llucieta / Andreu Benito Pepito / Jordi Bosch Arturo / Laura Conejero Victòria / Pol López Quimet / Carles Martínez Ricardo / Xicu Masó Salvador / Rosa Renom Margarita / Boris Ruiz Tomeu / Rosa Vila Marina
traducción del veneciano Lluís Pasqual / escenografía Paco Azorín / vestuario Alejandro Andújar / caracterización Eva Fernández / iluminación Rai Garcia y Lluís Pasqual / vídeo Marc Lleixà
ayudante de dirección Juan Carlos Martel / ayudante de escenografía Alessandro Arcangeli / ayudante de vestuario Adriana Parra / asesoramiento lingüístico Noëlia Motlló (Grup d’Estudis de Llengua i Literatura Ponent i Pirineu UdL) / alumno en prácticas de dirección del Institut del Teatre Aleix Duarri / alumna en prácticas de vestuario del Institut del Teatre Maria Albadalejo
construcción de escenografía Taller d’escenografia Jordi Castells y Pascualín / confección de vestuario Ángel Domingo y Luis Espinosa / acabados María Calderón / máscaras Sebastián Vecchio
producción Teatre Lliure
agradecimientos Teatre Nacional de Catalunya, Gran Teatre del Liceu, Julio Camba, Montse Colomé, Teresa Lozano, Pepa López, Josep Anton López Bayarri, Pau Carrió i Paula Mariscal
espectáculo en catalán y castellano
duración 1h. 30' sin pausa
14/04 coloquio con el equipo artístico después de la función
03/05 función accesible con audio descripción para personas con discapacidad visual. Esta función no contará con sobretítulos a causa de al configuración del espacio
programa de mano en braille disponible en taquilla
sala equipada con bucle magnético
07/05 a las 17h. función escolar de tarde
espectáculo recomendado por el Servei Educatiu del Teatre Lliure
de miércoles a viernes | 20:30h. |
sábado | 17:30 y 21h. |
domingo | 18h. |
14/04 coloquio con la compañía después de la función
tarifa b | |
miércoles (día del espectador) | 21,30€ |
resto de días | 30,25€ |
con descuento* (excepto día del espectador) |
25,75€ |
*Venta de entradas con descuento del 15% con el Carnet Jove, + 25, estudiantes, mayores de 65 años, parados, personas con disminución, familias numerosas y monoparentales, abonados al TNC y Mercat de les Flors, TR3SC, bibliotecas y subscriptores de La Vanguardia (en este último caso, descuento exclusivamente en taquilla, por indicaciones de La Vanguardia).
"Estupendos intérpretes, con una vis cómica apabullante, capaces de sacarles punta a todo y con constantes intercambios de energía. Los cuatro tipos protagonistas parecen uno solo en el texto, pero en escena se advierten los matices. Arturo es desaforado, vibrátil como una marioneta eléctrica, y el enorme Jordi Bosch lo interpreta a la manera de Capri en su faceta más iracunda. En manos de Andreu Benito, Pepito se mueve como un oso misantrópico. Salvador (Xicu Masó) es un jabalí carlista (boina roja incluida) de paso lento y embestida feroz. Boris Ruiz interpreta al calzonazos Tomeu con la gracia zorruna del añorado Biel Moll. Hay más fantasmas felices, porque Anna Lizaran parece haberle prestado su aroma, como un aura, a Laura Conejero: el personaje bombón de Victòria, pura encarnación del buen sentido y el coraje tranquilo bajo el envoltorio de dama seductora y sofisticada, tiene la picardía y la zumba de la Lizaran en aquel lejano pero no olvidado 30 d'abril de Joan Oliver. (···) Y otro aplauso para los más jóvenes de la familia: Pol López le da un encanto casi pastoril a Quimet, el mozo que ha de casarse a la fuerza con Llucieta, y ella es Laura Aubert, un torbellino cómico, la gran revelación de Els feréstecs, que habla y se mueve en escena como si sus maestras hubieran sido Tilda Espluga y Teresa Lozano. Si están tristes, cabreados o aburridos y quieren placer en vena, corran al Lliure."
Marcos Ordoñez (El País)
"Una comedia popular, festiva pero no inocua, que retrata unos caracteres de la burguesía veneciana más conservadora. Lluís Pasqual los ha trasladado superbamente a la Cataluña de la Primera República con todas las luces del lenguaje (cuatro hablas distintas y una versión maravillosa), y en una puesta en escena que deja boquiabierto. ¡¡Estos feréstecs son una autentica joya teatral! Desprenden energía positiva e ilusión. Son un juego que envuelve al espectador y que, en manos de unos intérpretes maravillosos, ratifica la sabia conexión de Pasqual con el autor veneciano. (···) Laura Conejero está impresionante, irradia belleza, encanto, inteligencia. Y qué decir de Rosa Renom, ¡bravo!; del posado de Boris Ruiz, gran actor; de la joven Laura Aubert haciendo de Llucieta, la novia; del impecable Andreu Benito… y del resto de intérpretes. Pasqual utiliza de escenografía la caja de la platea del teatro, pensada y dibujada por Fabià Puigserver. Un homenaje y un juego visual, una sorpresa que no revelaremos para que la puedan disfrutar. Els feréstecs no les transmitirá grandes conflictos, pero les llenará de alegría, de una cosa intangible y benefactora que sólo tiene el gran teatro. No se lo pierdan. Por favor."
Santi Fondevila (Ara)
"En manos del director del Teatre Lliure, el espectador vive como si estuviera situado en el tiovivo de un parque de atracciones y los rústicos del título fueran auténticos monstruos de feria.(···) Pasen y vean, pues, las barbaridades que llegan a decir y hacer los cuatro protagonistas, las reacciones que suscitan y cómo la anécdota crece en espiral hasta estallar en un gran juego de artificio. (···) Al ritmo del Himno de Riego, y entre entradas, salidas, máscaras, barretinas, giros y tonos de todo tipo, discurre la fiesta. Y es que, si algo contagia Els feréstecs es su carácter distendido y festivo, una alegría que puso al público en pie durante la ovación final la noche del estreno.(···) El éxito del juego se debe en gran medida a sus participantes. Un elenco de lujo, ataviado con todo lujo también de detalles que contrastan eficazmente con el vacío del espacio escénico, se entrega en todo momento al desvarío, en la composición de unos caracteres tan grotescos como deliciosos."
Begoña Barrena (El País)
"El mérito de Pasqual es encontrar los parecidos de los feréstecs (los nombraron así durante la I República) con el patriarca de Rei i senyor de Pous i Pagès. Si en la segunda, la trama rezuma drama y una cerrazón que ahoga, en la mirada de Goldoni y Pasqual todo es disparate, peripecia y desproporción. Como en las buenas comedias de Molière, las mujeres activan el mecanismo del cambio, desde una teórica inferioridad machista. ¿Y los acentos? Una peculiaridad veneciana, que cabe aclarar que no es un recurso gastado, sino la voluntad de hacerlos hablar en dialecto como los de la commedia dell’arte, justo cuando Goldoni luchaba por derribar las máscaras."
Jordi Bordes (El Punt Avui)
"La alegría que Lluís Pasqual hace esctallar en la revuelta sala Fabià Puigserver de Montjuïc con Els feréstecs, de Carlo Goldoni, recuerda, de alguna manera, la epicúrea consigna póstuma que recomienda fornicios por doquier cuando el mundo se acabe. En efecto, las estrecheces impuestas hoy en día en el teatro y en la cultura en general, con situaciones agónicas para más de un colectivo, diría que han inspirado al director del Lliure una diversión teatral incontinente y desmadrada, ahora que aún estamos vivos. (···) Brutales y desenfrenados se muestran los viejos carcamales, Jordi Bosch, Andreu Benito, Boris Ruiz y Xicu Masó, cuatro cómicos de primera división. Gracias a la barbarie de sus personajes luce mucho más la astucia y el ingenio de tres señoras imponentes e impecables, Rosa Renom, Laura Conejero y Rosa Vila, y la finura ridícula de un noble pintoresco a cargo de Carles Martínez, eficiente como siempre. Quedan por mencionar a los novios, el joven Pol López y Laura Aubert, la furiosa y encabritada Llucieta por los estorbos que se oponen a su deleitoso anhelo conyugal. (···) Me cuesta imaginar Els feréstecs, estos feréstecs, en tiempos de calma y prosperidad. Hoy, en cambio, no pueden ser más idóneos."
Joan Anton Benach (La Vanguardia)
"Lluís Pasqual se ha superado. No es poco aludir al pasado, sin una pizca de nostalgia, desde el presente. O sea, convertir (acotar) la Sala Fabià Puigserver de Montjuïc hasta transformarla en un Lliure de Gràcia, el de ayer y el de hoy, una poco más grande. Es el nido teatral idóneo para la magia de Els feréstecs, una delicia que nadie debería perderse. (···) Si Pasqual es la gran batuta de esta deliciosa partitura de Goldoni, también cueta con una orquesta impagable. Puede parecer injusto destacar a alguien, pero las dos Lauras están inspiradíssimas: Conejero (de trayectoria demasiado guadianesca en el teatro catalán de los últimos años) y Aubert, más joven y menos conocida. Conejero deslumbra con uno de aquellos papeles, de cortesana con estilo, que brinda con grandiosa seguridad. Y Aubert, la novia Llucieta, es un torrente imparable de vigorosa comicidad. Una fiera, vaya. A su lado, qué decir de la siempre excelente Rosa Renom, de un actor de filo inagotable para la comicidad como Jordi Bosch o de la camaleónica y sólida juventud de Pol López… El resto (Boris Ruiz, Xicu Masó, Andreu Benito, Carles Martínez y Rosa Vila) redondean pieza que pone al público en pie. Bravo."
Jose Carlos Sorribes (El Periódico)
"¿Pitarra...? ¡No, Goldoni! ¿Goldoni..? No, Pasqual! El director del Teatre Lliure se ha desinhibido con esta versión singular de la obra Els feréstecs y la desinhibición escénica siempre acaba triunfando. (···) El Teatre Lliure de Montjuïc cierrala temporada de la sala grande con un espectáculo de los que harán historia y quedarán en la memoria de los espectadores. (···) Pasqual traslada la sociedad burguesa veneciana del siglo XVIII, satirizada por Carlo Goldoni (Venecia, 1707 - París, 1793) a la Catalunya de la I República Española, el breve periodo democrático español que va de febrero del 1873 a diciembre del 1874, desde la abdicación de Amadeo I de Saboya a la subida al trono del borbón Alfonso XII. Y pone de protagonistas a un grupo de hombres de buena posición, conservadores de la época, atónitos ante los aires de libertad que incluso rezuman en su casa las mujeres y los jóvenes. (···) Els feréstecs no serían lo que son sin esta relectura personal de la intención goldoniana que ha realizado Lluís Pasqual y tampoco, claro, sin las perlas interpretativas que, sin excepción, regalan uno a uno, cada uno de los intérpretes del montaje. (···) ¡Qué apuesta más arriesgada, descarada, sin complejos y bien conseguida!"
Andreu Sotorra (Clip de teatre)
"¡Qué espectáculo más agudo, crítico, divertido y perfecto en todas sus dimensiones! ¡Qué grandes interpretaciones! ¿Qué perfección de movimientos escénicos! ¡Qué gran funcionamiento escenográfico! Gracias, Lluís Pasqual, sigue defendeindo el Lliure y nuestro teatro."
María José Ragué (El Mundo)
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Els feréstecs
© Ros Ribas
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Els feréstecs
© Ros Ribas
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Els feréstecs
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Els feréstecs
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Els feréstecs
© Ros Ribas
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Els feréstecs
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Els feréstecs
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Els feréstecs
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Els feréstecs
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Els feréstecs
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Els feréstecs
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Els feréstecs
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Els feréstecs
© Ros Ribas
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Els feréstecs
© Ros Ribas
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Els feréstecs
© Ros Ribas
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Els feréstecs
© Ros Ribas
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Els feréstecs
© Ros Ribas
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Els feréstecs
© Ros Ribas
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Els feréstecs
© Ros Ribas
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detall de caps, barretines i boines
figurins d'Antonio Andújar
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dominós color
figurins d'Antonio Andújar
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la salutació
figurins d'Antonio Andújar
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Llucieta
figurins d'Antonio Andújar
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Margarita i Llucieta
figurins d'Antonio Andújar
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Margarita
figurins d'Antonio Andújar
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Margarita
figurins d'Antonio Andújar
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Marina
figurins d'Antonio Andújar
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Pepito
figurins d'Antonio Andújar
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Quimet
figurins d'Antonio Andújar
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Quimet i Ricardo
figurins d'Antonio Andújar
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Arturo, Marina i Llucieta
figurins d'Antonio Andújar
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Salvador
figurins d'Antonio Andújar
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Tomeu, Ricardo i Victòria
figurins d'Antonio Andújar
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Victòria amb dominó
figurins d'Antonio Andújar
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Victòria
figurins d'Antonio Andújar
Cuatro 'rústicos' conservadores se oponen a la vitalidad de los jóvenes y de las mujeres en una de las obras maestras de Goldoni. Estrenada en 1760, Els feréstecs inicia el gran fresco crítico y cómic de la vida burguesa de finales del siglo XVIII elaborado por el autor.
Durante los Carnavales, Pepito y Salvador junto a Tomeu y Arturo (cuatro rústicos anclados en el pasado) han acordado el matrimonio de sus hijos, Llucieta y Quimet. Los dos jóvenes nunca se han visto y se conocerán el día de la boda. La hija empieza a sospechar algo y ellos deciden que nadie pueda verla y que, quien lo haga, deberá casarse con ella. Sin embargo, no cuentan con el espíritu más liberal y doméstico de las mujeres y de los jóvenes, que desean un estilo de vida más abierto y sincero.
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