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1987/1994

1987/1994

La celebración de los 10 primeros años de vida del Teatre Lliure condujo a una serie de reflexiones en torno a la forma jurídica y organizativa que debía tener la institución para seguir creciendo, y también alrededor de la necesidad de un nuevo espacio, una vez comprobado que el teatro de Gràcia quedaba pequeño con respecto a los aforos y limitado en cuanto a su tecnología escénica.

Se decidió, pues, de pasar de la fórmula cooperativa a la fundación privada. Esta nueva entidad jurídica debía de convertirse en una herramienta mucho más adecuada para el establecimiento de una serie de convenios estables con las administraciones locales, autonómicas y estatales que aseguraran el sostenimiento regular del teatro y su actividad. Nueva entidad jurídica y nueva sede para el Teatre Lliure fueron dos empresas que se iniciaron en paralelo para un equipo gestor liderado por Fabià Puigserver y formado por Josep Montanyès, Carlota Soldevila, Lluís Pasqual, el arquitecto Manuel Nuñez, el abogado Josep Maria Socias Humbert y Guillem-Jordi Graells.

En febrero de 1988 ya se disponía del nuevo instrumento legal: la Fundació Teatre Lliure-Teatre Públic de Barcelona, presidida por Antoni Dalmau, y un proyecto arquitectónico para la nueva sede del teatro, basado en la remodelación de la antigua plaza de toros de Las Arenas; una memoria, que detallaba las características del proyecto para el nuevo espacio, un manifiesto artístico y una prefiguración bastante detallada del funcionamiento previsto.

El contenido del proyecto se fundamentaba en unos elementos que eran a la vez ampliación de las tareas que se habían ido haciendo desde 1976 y nuevas actividades que las características de la nueva sede debía permitir: producciones propias, coproducciones, dramaturgia nacional catalana, teatro joven, ampliación de las producciones de música y danza, actividades pedagógicas, actividades paralelas, documentación, publicaciones, distribución y atención al público y a los profesionales.

Empezó entonces una rueda de entrevistas con las diferentes administraciones para invitarlos a formar parte del patronato de la nueva fundación y dar a conocer el proyecto de la nueva sede. Las entrevistas fructificaron el 1989 con la incorporación de la Generalitat de Catalunya, el Ayuntamiento de Barcelona, el Ayuntamiento de Girona y la Diputación de Barcelona en el patronato de la Fundació. Ese año también se decidió que la Fundació asumiera la gestión de toda la actividad del Teatre Lliure. El prestigio internacional de la entidad se consolidó con la participación en la fundación de la Unión de Teatros de Europa.

El primer proyecto, basado en la remoledación de la plaza de toros Las Arenas, fue desestimado al proyectarse en ese espacio la ampliación de la Fira de Barcelona. Ante esas circunstancias, el Ayuntamiento de Barcelona ofreció el Palau de l’Agricultura como futura sede del teatro. El 24 de octubre de 1990 el Ayuntamiento hizo la entrega de llaves del edificio en un acto público que contó con la presencia de casi todos los miembros del patronato y muchas otras personas vinculadas al teatro.

En abril de 1991 se presentó el anteproyecto arquitectónico con una maqueta de enormes proporciones, que transformaba el antiguo Palau de l’Agricultura en teatro. Este fue el último acto público al que pudo asistir Fabià Puigserver, que falleció el 31 de julio de 1991. Su desesperación conmocionó toda la familia del Lliure y, más allá aún, todo el mundo teatral catalán, del que era una de las figuras más destacadas. En estas circunstancias la realización de su sueño, una nueva sede para el Teatre Lliure, se convirtió no sólo un hito en el crecimiento de la institución sino en el mejor de los homenajes que se podían rendir a quién le dedicó tantas energías e ilusiones.

En este sentido, la definitiva incorporación del Ministerio de Cultura en el patronato de la Fundació Teatre Lliure-Teatre Públic de Barcelona y su compromiso de hacer viable el proyecto de la nueva sede significaron un empujón muy importante para al nuevo proyecto. Desaparecido Fabià Puigserver, Lluís Pasqual se convirtió por espacio de una temporada en el director artístico del teatro, con Guillem-Jordi Graells y Josep Montanyès de adjuntos a la dirección. En el año 1992 fue nombrado director del teatro Lluís Homar, por un periodo de tres años.